Seguramente alguna vez en la vida hemos estado inmersos en la oscuridad de nuestro ánimo, de nuestros pensamientos, de las palabras; en fin, sin duda en algún momento cada quien ha vivido su propia oscuridad o ha hecho cosas oscuras… u ¿obscuras? ¿Existe alguna diferencia entre ambas formas?
Hay registros del uso de esta palabra desde hace muchísimo tiempo. Por ejemplo, en la Edad Media la forma común era escuro —se pueden encontrar rastros de este vocablo en obras como la Celestina, atribuida a Fernando de Rojas—, y así se empleó hasta el siglo xvi. Sin embargo, como en gustos se rompen géneros, hubo quienes después prefirieron utilizar la forma latina obscuro, sobre todo los latinizantes, como el poeta Luis de Góngora —quien optaba por utilizar léxico latino en sus figuras retóricas—.
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Este uso respondía a un estilo específico de una corriente literaria —cultismo—, pero también a un modo de acabar con escuro, que ya entonces
se consideraba vulgar. No obstante, hubo muchos que no la agregaron a su léxico porque pensaban que era una manera más difícil de pronunciar esta palabra —la mayoría de la gente no pronunciaba obscuro.
El uso de una o de otra forma es correcto y, aunque obscuro se considera arcaico, su empleo se deja a criterio de cada quien.
Hay quienes piensan que escribir la palabra oscuro, en lugar de obscuro, pierde substancia. Que substraerla del grupo de las –bs es una «injusticia» y un error; en realidad no es así. Lo mismo aplica para las palabras substancia —sustancia—, substraer —sustraer—, subscribir —suscribir—, substrato —sustrato―, que suelen usarse más de la manera simplificada porque es la forma en que la mayoría de las personas las pronuncia.
En nuestro idioma se suele prestar más atención a lo fonético —a diferencia del francés, del inglés, del alemán o del portugués, que se preocupan más por conservar la ortografía etimológica—; se tiende, por lo mismo, a escribir como se pronuncia y muy probablemente por eso ha permeado más el uso de oscuro por encima de obscuro. sin embargo, cada quien su oscuridad y sus pensamientos oscuros, aunque no está de más saber por qué se usa de una u otra forma y emplearla de manera consciente, menos ciega.
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