La lengua es un ente vivo, crece y se adapta a las necesidades del hablante, de acuerdo con su cultura y su entorno. Así, es común que las personas incorporen palabras de otros idiomas para enriquecer su vocabulario y expresar sentimientos e ideas. En este texto te presentamos cinco palabras que hemos catalogada como «perdidas en la traducción», pues si bien conocemos su significado, no tienen un equivalente exacto en el español.
Es probable que hayas usado al menos uno de estos términos, y si no has utilizado ninguno o desconocías su existencia, es una buena oportunidad para incluirlas en tu vocabulario.
Kinky /’kiŋ-kē/. Este adjetivo data del año 1844, proviene del inglés y significa «retorcido». Desde la década de los 50, designa a la persona que prefiere prácticas sexuales y eróticas no convencionales —como fetichismo o sadomasoquismo.
Itacate /ita’kate/. El itacate, del náhuatl ihtácatl, es —en ciertas regiones de la República mexicana— una empanada rellena de frijoles o habas; pero en la mayor parte del país, y en casi todos los estratos sociales, designa una provisión de comida que el anfitrión —por una fiesta o una ocasión especial— ofrece a sus invitados para que la lleven a sus casas, o bien que hace llegar a quien no acudió al banquete: «Aquí está el itacate de la boda que te mandó mi abuela».
Déjà-vu /deʒavy/. En francés, esta construcción se refiere a algo que es banal, sin originalidad: «Ce n’est que du déjà-vu» —que se traduciría como «esto es algo ya gastado, ya visto»—. Pero en otras lenguas, el uso más común es el de la impresión de haber vivido en el pasado una situación presente, llamada así, déjà-vu —al que, por lo mismo, los franceses se refieren como l’impression de déjà-vu—. El nombre clínico del fenómeno causado por la fatiga en el cerebro que provoca la confusión de situaciones y las mezcla, es paramnesia.
Siesta /si’estə/. De origen latín —sexta hora, ya que los romanos solían dormir a mediodía, la «sexta hora del día»—, este vocablo que, según el dem, significa «periodo después de la comida del mediodía, cuando el calor es más intenso, que se dedica al sueño», cuando es usado en otras lenguas se hace, ya sea con la voz española siesta o, bien, con alguna adaptación a la lengua correspondiente, como es el caso del francés «faire la sieste» —«hacer la siesta»—.
En inglés encontramos, por su parte, la palabra nap, sin embargo, muchas veces se utiliza el término siesta, que es más específico en términos de «breve sueño después de comer»: «Hindus and Argentines sleep firmly from twelve till one / but Englishmen detest a siesta».
Meraki /meráki/. Del griego, adjetivo utilizado para describir algo en lo que se pone mucho empeño, creatividad o amor; cuando dejas algo de ti en lo que haces, cualquier cosa que ésta sea: por ejemplo, preparar una comida, arreglar un cuarto, decorarlo, editar Algarabía, etcétera —vamos: hacerlo «con amor».